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¿Sabías que lo que comes podría ser tan dañino como fumar? Los alimentos ultraprocesados han dejado de ser solo una comodidad para convertirse en un problema de salud pública global. Expertos internacionales advierten que su consumo creciente está disparando enfermedades crónicas y acortando vidas, y que frenar este fenómeno requiere más que decisiones individuales: necesita regulación.

Un estudio publicado en The Lancet, que analiza más de 100 investigaciones científicas, alerta que ultraprocesados son tan letales como lo fue el tabaco. Con altos niveles de azúcares, sal y grasas poco saludables, y escasa fibra y proteínas, estos productos están transformando nuestras dietas y nuestra salud, y la evidencia no deja lugar a dudas: si no se actúa, la situación empeorará.


Crecimiento imparable y riesgos claros

De acuerdo con un artículo de Aristegui Noticias, el consumo de ultraprocesados ha crecido a un ritmo preocupante. En España, México y China, su proporción en la dieta diaria se ha triplicado en tres décadas, mientras que en Estados Unidos y Reino Unido se mantiene por encima del 50 %. Este aumento está vinculado a obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, depresión y riesgo de muerte prematura.

Ultraprocesados son tan letales como lo fue el tabaco, y la responsabilidad no puede recaer únicamente en los consumidores. Es momento de que gobiernos y reguladores intervengan para proteger la salud pública y revertir patrones alimentarios dañinos antes de que sea demasiado tarde.


Medidas urgentes que funcionan

Los expertos sugieren implementar políticas similares a las que redujeron el tabaquismo: etiquetado frontal claro con alertas sobre aditivos y riesgos, restricciones de publicidad, impuestos a productos nocivos y eliminación de ultraprocesados en comedores escolares y hospitales.

El dinero recaudado podría destinarse a facilitar el acceso a frutas, verduras y alimentos frescos para quienes más lo necesitan. Según Camila Corvalán, directora del CIAPEC de Chile, “comprar ultraprocesados no puede ser más barato que acceder a comida saludable”. Esta estrategia transforma la oferta y protege a los más vulnerables.


La industria detrás del problema

Detrás del auge de los ultraprocesados están poderosas corporaciones globales. Con marketing agresivo, producción barata y productos diseñados para enganchar, consolidan un mercado de miles de millones al año.

Además, ejercen presión política para retrasar regulaciones, financian debates científicos a su favor y protegen sus beneficios a costa de la salud pública. La comparación con la industria del tabaco no es casual: su influencia requiere una respuesta firme y coordinada de gobiernos y sociedad civil.


Una acción global y coordinada

Reducir el consumo de ultraprocesados requiere un esfuerzo global: políticas públicas claras, educación, acceso a alimentos saludables y cooperación internacional. Solo así se puede frenar la epidemia silenciosa que amenaza dietas, bienestar y esperanza de vida.

Si no se actúa, los patrones alimentarios seguirán deteriorándose y las enfermedades crónicas aumentarán. Regulación, concienciación y sistemas alimentarios sostenibles son la única vía para proteger la salud de millones de personas en todo el mundo.

Expoknews

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