Chihuahua, Chih.— El coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Congreso del Estado Cuauhtémoc Estrada, cuestionó hoy públicamente el evento realizado ayer en el recinto legislativo, al asegurar que no se trató de una mesa de diálogo, sino de un acto político caracterizado por la intolerancia y la exclusión de voces divergentes.
Estrada señaló que una verdadera mesa de diálogo implica tolerancia, apertura y la posibilidad de escuchar posturas distintas, algo que, dijo, no ocurrió durante la actividad anunciada como una mesa de diálogo abierto y plural, pero del que se corrió al ex líder del Barzón Martin Solís gritándole "traidor", por haber trabajado en la administración de Javier Corral.
“Discúlpenme, pero el diálogo es un ámbito donde se puede escuchar a todas las partes. Yo ayer no vi una mesa de diálogo; vi un mitin político partidista, además con una gran intolerancia”, afirmó en entrevista.
El legislador explicó que, según su experiencia, una mesa de diálogo permite debatir, discutir y reencontrarse periódicamente para continuar con los temas pendientes. En contraste, reprochó que en el acto de ayer solo se permitiera hablar a quienes coincidían con los organizadores “si tú no estás de acuerdo con algo que ellos plantean, no puedes hablar. ¿Cuál mesa de diálogo? Ayer no hubo ninguna”, expresó.
También criticó que la actividad haya sido convocada desde la presidencia del Congreso, y no por una fracción política específica, como algunas versiones señalaron y hubo incluso invitaciones oficiales dirigidas a legisladores federales de todas las fuerzas políticas, con el presidente de la Mesa Directiva fungiendo como moderador, aunque "sin ejercer realmente ese papel, moderando es un decir, porque yo no vi que se ejerciera un acto de moderación”, apuntó.
Estrada afirmó que el encuentro se convirtió en un espacio para promover únicamente la postura de diputados del PAN y algunos del PRI, sin permitir la expresión de opiniones divergentes e incluso "la participación de una regidora panista de Delicias, que estuvo acompañada por un legislador que la seguía como si fuera guardia de seguridad”.
El coordinador morenista concluyó que lo ocurrido fue “un mitin donde solo se permitió una visión y se impidió a toda costa que alguien expresara una postura distinta”, y "ese tipo de prácticas contradicen la esencia misma del diálogo democrático y la función institucional que debería garantizar el Congreso del Estado".

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