Venus podría estar ocultando un riesgo poco visible para nuestro planeta. Un nuevo estudio revela que existen asteroides que comparten órbita con nuestro vecino planetario y que, según simulaciones, podrían en ciertos escenarios acercarse lo suficiente a la Tierra como para suponer un peligro potencial de impacto, algunos con capacidad destructiva a escala urbana.
La investigación, publicada en la revista Astronomy and Astrophysics por científicos de la Universidad de São Paulo liderados por Valerio Carruba, ha identificado un preocupante punto ciego en nuestra vigilancia de objetos potencialmente peligrosos.
Asteroides coorbitales: una amenaza oculta
Hasta la fecha, los astrónomos solo han catalogado una veintena de asteroides que acompañan a Venus en su órbita, aunque sospechan que la población real podría ser mucho mayor.
Según las simulaciones, algunos de estos cuerpos celestes podrían medir entre 300 y 390 metros de diámetro y, en caso de impacto, liberar una energía estimada de entre 150 y 410 megatones de TNT, suficiente para generar cráteres de entre 2,2 y 3,4 kilómetros de diámetro y causar una destrucción a escala urbana.
Una de las razones por las que estos asteroides pasan desapercibidos es su ubicación en el cielo: solo pueden observarse brevemente tras el atardecer o antes del amanecer, cuando el Sol ya casi ha salido o acaba de esconderse. La luz solar los eclipsa, haciendo que incluso los más peligrosos permanezcan invisibles para nuestros ojos.
Además, sus órbitas caóticas complican aún más su rastreo. El llamado tiempo de Lyapunov –una medida de cuánto tiempo se puede predecir con precisión la trayectoria de un objeto– es de apenas 150 años para estos asteroides, lo que significa que sus movimientos se vuelven impredecibles más allá de ese lapso.
El Observatorio Vera Rubin intentará detectar asteroides coorbitales de Venus a partir de 2025, aunque con limitaciones por la cercanía solar. El Observatorio Vera Rubin intentará detectar asteroides coorbitales de Venus a partir de 2025, aunque con limitaciones por la cercanía solar.
Simulaciones revelan trayectorias hacia la Tierra
Para estudiar su comportamiento, los científicos utilizaron simulaciones informáticas que rastrearon posibles trayectorias durante 36.000 años. Los modelos mostraron que algunas configuraciones orbitales, especialmente las de baja inclinación y excentricidad, pueden acercarse peligrosamente a la Tierra en los escenarios simulados, aunque estas órbitas siguen siendo caóticas y difíciles de predecir a largo plazo.
De hecho, según reporta Study Finds, en las simulaciones, cinco de las partículas de prueba llegaron a pasar muy cerca de nuestro planeta.
El problema es que muchos de los asteroides conocidos tienen órbitas alargadas, que facilitan su detección desde la Tierra. Pero esto ha generado un sesgo: es probable que haya una población más amplia con trayectorias más circulares –y más difíciles de ver– que siguen siendo potencialmente peligrosas.
DW NEWS
Hola, déjenos un comentario