La transición energética hacia fuentes limpias es crucial para reducir las emisiones y frenar la crisis climática. Sin embargo, el ritmo acelerado con que los países impulsan proyectos eólicos y solares está generando tensiones sociales y ambientales que no pueden pasarse por alto.
Un artículo escrito por Gabrielle See advierte que aunque el Sudeste Asiático o gobiernos como los de Filipinas, Vietnam e India han agilizado permisos y procesos para cumplir con metas ambiciosas al 2030, la ubicación de las energías renovables plantea riesgos significativos para la biodiversidad y las comunidades locales.
Cuando el desarrollo choca con la naturaleza
La instalación de grandes parques eólicos y solares exige vastos territorios, lo que a menudo entra en conflicto con ecosistemas frágiles. “Asia es una zona preocupante por el ritmo y la escala del desarrollo”, advirtió Tris Allinson, científico de BirdLife International.
Casos como el parque eólico propuesto en un ecosistema kárstico de Filipinas o el abandono de proyectos en Sri Lanka muestran que la ubicación de las energías renovables puede tener costos ambientales elevados. La falta de planificación espacial adecuada agrava estos conflictos.
Herramientas de mapeo, como AviStep, ofrecen soluciones para identificar zonas seguras para aves y otras especies. Sin embargo, su uso sigue siendo limitado, lo que provoca una “mala selección de emplazamientos”, según Allinson. Este déficit alimenta la percepción de que los ambientalistas se oponen a la energía limpia, cuando en realidad se oponen a ubicaciones mal elegidas.
Los proyectos deben integrar jerarquías de mitigación: primero evitar el impacto, luego minimizarlo y finalmente compensarlo. Ignorar este enfoque no solo daña la biodiversidad, sino que también compromete la licencia social para operar.
El factor social: tierra, confianza y desarrollo
Comunidades rurales y costeras en Asia enfrentan la presión de ceder tierras a desarrolladores energéticos. Cynthia Morel, del programa Iniciativa de Energía Responsable Filipinas, advirtió: “Si no avanzamos al ritmo de la confianza, corremos el riesgo de ralentizar la transición energética”.
Modelos como la agrovoltaica —combinar energía renovable y agricultura— muestran que es posible diseñar acuerdos que beneficien a todos. Sin embargo, requieren asistencia legal, financiamiento justo y voluntad política para implementarse.
En India, el Banco Asiático de Desarrollo canceló un préstamo para un parque solar tras protestas masivas por desplazamiento forzoso. Este caso refleja que la ubicación de las energías renovables no es un tema meramente técnico, sino profundamente social.
La transparencia y el involucramiento temprano de comunidades pueden evitar retrasos costosos. Sin confianza, incluso los proyectos más verdes enfrentan rechazo local.
Riesgos financieros y estándares internacionales
Instituciones como la IFC y el BAD promueven estándares ambientales y sociales rigurosos, que no solo protegen a las comunidades, sino que también reducen riesgos financieros. “El cumplimiento de estos estándares facilita la movilización de capital”, afirmó un portavoz de la IFC.
Verdant Energy y otros desarrolladores priorizan proyectos alineados con estas salvaguardas, descartando acuerdos donde detectan corrupción o riesgos ESG inaceptables. Alan Yau, CEO de Verdant, señaló: “Todo se reduce a con quién trabajas y a no comprometer la integridad”.
La ubicación de las energías renovables influye directamente en las decisiones de financiamiento. Proyectos mal diseñados enfrentan el retiro de bancos internacionales y mayores costos de capital.
El reto es equilibrar velocidad y cumplimiento. “No es correcto presumir que todos los proyectos cumplirán con los estándares de IFC”, dijo Sivaramakrishnan Sreedharan, director de inversiones de Verdant, “pero debemos reducir la brecha hasta acercarnos a ellos”.
Gobernanza débil, impacto alto
En países con marcos regulatorios frágiles, los proyectos renovables avanzan más rápido que la legislación ambiental. Yong Ding Li, de BirdLife International, advirtió que Vietnam y Camboya construyen parques eólicos “sin pensarlo mucho”, comprometiendo humedales críticos para aves migratorias.
La falta de investigación local sobre impactos ambientales crea vacíos de información que los desarrolladores pueden explotar. Mientras tanto, organizaciones conservacionistas luchan por frenar proyectos en zonas de alta sensibilidad ecológica.
El delta del Mekong ilustra el problema: un área vital para la biodiversidad que enfrenta presiones crecientes por instalaciones energéticas mal planificadas. “Es demasiado poco y demasiado tarde para algunos ecosistemas”, lamenta Yong.
Sin mejorar la planificación territorial y la supervisión, la ubicación de las energías renovables seguirá siendo una fuente de conflicto y pérdida ambiental.
Energía limpia, decisiones inteligentes
El futuro de la transición energética no depende solo de instalar turbinas o paneles solares, sino de elegir dónde y cómo hacerlo. Como resume Morel: “Mucha gente apoya tanto las renovables como la biodiversidad, pero estamos compitiendo por recursos limitados”.
La ubicación de las energías renovables debe evaluarse con la misma seriedad que su viabilidad técnica o económica. Sin una planificación responsable, corremos el riesgo de reemplazar un problema ambiental por otro y perder la confianza de las comunidades que deberían beneficiarse de esta transformación.
ExpokNews
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