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Por Soraya Pérez.- Hablar en México sobre activos virtuales —su administración, custodia y controles— había sido prácticamente imposible hasta ahora. Esta semana, con la realización del primer summit público-privado sobre prevención de lavado de dinero, activos virtuales y criptomonedas, se abre por fin un espacio inédito de discusión técnica y regulatoria. Sin duda, representa una oportunidad única para unir a expertos y autoridades en un diálogo que, desde mi perspectiva, era ya inaplazable para el futuro del sistema financiero nacional.

Este evento es organizado por UNIFIMEX, que por casi 20 años ha representado la voz de las instituciones financieras mexicanas; y en esta ocasión se lleva a cabo en conjunto con dos de las principales agencias del Gobierno de Estados Unidos en materia de investigación y cumplimiento: el IRS–Criminal Investigation (IRS-CI) y Homeland Security Investigations (HSI). Esta alianza internacional no es un gesto protocolario: es la prueba de que la prevención del uso ilícito de recursos financieros —incluyendo criptomonedas— exige cooperación transfronteriza, intercambio de inteligencia y estándares compartidos.

¿Qué representa un encuentro de esta naturaleza? Antes que nada, la posibilidad de reunir cara a cara a reguladores, instituciones financieras, fintechs, autoridades internacionales y especialistas para confrontar desafíos reales: vacíos regulatorios, riesgos tecnológicos, proveedores de servicios emergentes y nuevas rutas de operación criminal. En un ecosistema donde la innovación avanza a una velocidad que supera las estructuras tradicionales, la regulación y la supervisión necesitan una colaboración constante con el sector privado para ser efectivas. El Summit está diseñado para facilitar este acercamiento mediante intercambio técnico, sesiones de capacitación y la definición de buenas prácticas replicables en las instituciones mexicanas.

La relevancia para el sistema financiero nacional es doble. Por un lado, impulsa a las instituciones mexicanas a fortalecer sus capacidades internas: mayor formación especializada, modelos de riesgo más precisos y criterios homologados que faciliten el intercambio de información. Por otro, mejora la proyección internacional de México como país comprometido con la integridad financiera, capaz de dialogar de manera seria con sus contrapartes en Estados Unidos y de adoptar herramientas avanzadas para mitigar riesgos sistémicos.

Comprender los activos virtuales exige un enfoque multidisciplinario: desde el funcionamiento de las arquitecturas blockchain y la trazabilidad, hasta la evaluación de proveedores de servicios y nuevas modalidades de anonimato. Durante el Summit se realizarán presentaciones técnicas, análisis de casos y mesas de trabajo que permitirán mapear riesgos y diseñar soluciones prácticas, desde la debida diligencia reforzada hasta controles transaccionales más sofisticados. Este conocimiento es esencial para que fintechs y bancos coexistan bajo reglas claras que impulsen la innovación sin sacrificar la protección al usuario.

Nuestro objetivo es ser un punto de encuentro neutral donde actores públicos y privados colaboren para construir un sistema financiero más justo, seguro y eficiente. Estamos comprometidos a que las conclusiones y redes que surjan tengan continuidad. No basta con discutir: es necesario traducir los aprendizajes en protocolos, formación certificada, cooperación internacional y mejoras institucionales concretas.

México tiene el potencial de liderar en la región un modelo regulatorio referente para el mundo. Por ello seguiremos impulsando espacios donde el talento local dialogue con las mejores prácticas globales y donde la colaboración sea un imperativo estratégico.

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