Ciudad de Gaza. La canción entonada por un niño en una tienda de campaña, en la ciudad de Gaza, sonaba por encima de una melodía instrumental acompañada por armonías de los coristas; una música suave se oponía al ruido de las calles: el ritmo mortal de las bombas y las balas.
Jóvenes alumnos participaban en una clase impartida el 4 de agosto por profesores del Conservatorio Nacional de Música Edward Said, quienes han continuado las lecciones desde los campos de desplazados y los edificios destrozados, incluso después de que los bombardeos de Israel los obligaran a abandonar el edificio principal de la escuela en la ciudad.
“Cuando toco siento como si volara”, mencionó Rifan al-Qasas, de 15 años, quien empezó a aprender a tocar el oud, un laúd árabe, cuando tenía nueve años. Espera poder tocar algún día en el extranjero. “La música me da esperanza y alivia mis miedos”, mencionó durante una clase de fin de semana en el Gaza College, una escuela de la ciudad que ha sufrido fuertes ataques. El ejército israelí volvió a bombardear partes de la ciudad el 12 de agosto y en los últimos días han muerto más de 120 personas, según las autoridades sanitarias de Gaza.
El conservatorio se fundó en Cisjordania y había sido un salvavidas cultural para Gaza desde que abrió una sucursal allí hace 13 años, en la que enseñaba música clásica junto con géneros populares hasta que Israel comenzó su guerra contra el enclave mediterráneo en respuesta a los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023.
Antes de los combates, Israel concedía a los mejores estudiantes permisos de salida en algunas ocasiones para viajar fuera de Gaza y tocar en la Orquesta Juvenil Palestina, el conjunto itinerante del conservatorio. Otros actuaban dentro de Gaza dando conciertos de tradición árabe y occidental.
Tras 22 meses de bombardeos, algunos de los alumnos han muerto, según el presidente del conservatorio, Suhail Joury; entre ellos, la violinista de 14 años Lubna Alyaa, quien fue asesinada junto con su familia al principio de la guerra. La antigua sede de la escuela está en ruinas, según un video publicado en enero por un profesor. Las paredes estaban derrumbadas y las habitaciones llenas de escombros. El piano de cola había desaparecido.
Durante la sesión de la semana pasada, más de una docena de estudiantes se reunieron bajo el susurro de las láminas de plástico de la tienda para practicar con instrumentos cuidadosamente conservados durante la guerra para tocar música y entonar melodías.
“Ninguna hoja de higuera se marchitará dentro de nosotros”, cantaba un niño, un verso de un lamento popular sobre la pérdida palestina tras generaciones de desplazamientos desde la creación de Israel en 1948.
Tres alumnas practicaban con la guitarra la canción Greensleeves fuera de la tienda, mientras otro grupo de chicos tocaba ritmos con tambores de Oriente. Pocos instrumentos han sobrevivido a los combates, lamentó Fouad Jader, quien coordina las clases reactivadas del conservatorio. Los docentes han comprado algunos a otros desplazados para que los utilicen los alumnos, pero otros han quedado destrozados durante los bombardeos, señaló. Los instructores han experimentado con la fabricación de sus propios instrumentos de percusión a partir de latas y recipientes vacíos para formar a los niños, dijo Jader.
Una amplia sonrisa
A principios del año pasado, Ahmed Abu Amsha, un maestro de guitarra y violín con una gran barba y una amplia sonrisa, fue uno de los primeros profesores y alumnos dispersos del conservatorio que empezaron a ofrecer clases de nuevo, tocando la guitarra por las tardes entre las tiendas de los desplazados del sur de Gaza, donde gran parte de los 2.1 millones de habitantes se habían visto obligados a desplazarse por las órdenes de evacuación y los bombardeos israelíes.
Tras el alto el fuego iniciado en enero, Abu Amsha, de 43 años, formó parte de las decenas de miles de personas que se trasladaron de nuevo al norte, a la ciudad de Gaza, gran parte de la cual ha quedado arrasada por los bombardeos israelíes. Desde hace seis meses, vive y trabaja en el distrito central de la ciudad junto con sus compañeros enseñando oud, guitarra, percusión y ney, una flauta de caña, a los alumnos que pueden acceder a ellos en las tiendas de campaña o en los edificios acribillados de la Universidad de Gaza.
También van a guarderías para dar clases a niños más pequeños y ofrecen clases de música en el sur y el centro de Gaza; 12 músicos y tres profesores de canto instruyeron a casi 600 alumnos en todo el enclave en junio, según el conservatorio.
Abu Amsha afirmó que los profesores y los padres de los alumnos están “profundamente preocupados” por la posibilidad de volver a ser desarraigados tras la decisión del gabinete israelí del 8 de agosto de tomar el control de la ciudad de Gaza. Israel no ha dicho cuándo lanzará la nueva ofensiva.
Hambre y fatiga
Fuera de la tienda de campaña de los instructores de música, la ciudad de Gaza yacía en una masa de hormigón derruido, con casi todos los residentes hacinados en refugios o campamentos sin apenas alimentos, agua potable ni ayuda médica.
Alumnos y profesores dicen que tienen que sobreponerse a la debilidad que les produce la escasez de alimentos para asistir a las clases. Reino Unido, Canadá, Australia y varios de sus aliados europeos afirmaron el 12 de agosto que “la hambruna se estaba desarrollando ante nuestros ojos” en Gaza. Israel cuestiona las cifras de desnutrición del enclave gobernado por Hamás.
Sarah al Suwairki, de 20 años, afirmó que a veces el hambre y el cansancio le dificultan realizar el corto trayecto a pie hasta sus dos clases de música semanales, pero que disfruta de aprender a tocar la guitarra. “Me encanta descubrir nuevos géneros, pero más concretamente el rock. Me gusta mucho el rock”, mencionó.
Autoridades sanitarias palestinas afirman que la campaña militar israelí ha matado a más de 61 mil personas, entre ellas, más de mil 400 que acudían a los puntos de ayuda para conseguir alimentos.
Israel señala que Hamas es responsable del sufrimiento tras iniciar la guerra, la última en décadas de conflicto, con el ataque de octubre de 2023 desde Gaza, cuando sus hombres armados mataron a mil 200 personas y tomaron a 250 rehenes, de acuerdo con los recuentos israelíes.
Reuters
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