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Chihuahua, Chih. – Con la muerte reciente del escritor Alejandro Rafael Rembao García, la comunidad literaria de Chihuahua ha sido sacudida en la última década por la pérdida de tres escritores notables, cuyos fallecimientos ocurrieron en circunstancias inusuales, marcadas por la violencia, la marginación o la enfermedad mental.

El primer caso fue el del escritor Rogelio Treviño nacido en 1953 y quien en enero de 2012 fue encontrado sin vida en calles del Centro de la ciudad, pero fue identificado por sus familiares hasta casi un mes después de haber sigo llevado a las instalaciones del C-4 en Chihuahua capital.

Narrador, ensayista y poeta galardonado con el Premio Chihuahua de Poesía (1992) y de Novela (1998), Rogelio Treviño murió en situación de calle, probablemente por hipotermia, tras años de deterioro personal y alejamiento del medio intelectual.

Su muerte generó conmoción, pues evidenció cómo un autor premiado y con más de quince libros publicados puede desaparecer en la indiferencia institucional.

El segundo caso fue el del poeta, lingüista, traductor y defensor incansable de las lenguas indígenas del norte de México Enrique Servín Herrera, quien fue hallado muerto el 9 de octubre de 2019 en su casa del centro de Chihuahua capital, y cuyo cuerpo presentaba un golpe contuso en la cabeza y una herida punzocortante.

Aunque la versión oficial habló de un asalto, el caso quedó envuelto en misterio, sobre todo porque su auto fue hallado días después, sin que se esclareciera el móvil del crimen ni se procesara a sospechosos.

Su muerte fue un duro golpe para la defensa del patrimonio lingüístico rarámuri y pima, y generó condena tanto en ámbitos académicos como culturales. 

Nacido en 1958, Servín era funcionario de la Secretaría de Cultura del estado y su voz poética era considerada una de las más originales del norte de México.

El caso más reciente corresponde al escritor Alejandro Rafael Rembao García, fallecido apenas este 20 de junio en condiciones que aún no se esclarecen, pero según los reportes podría obedecer a causas naturales.

Premio Bellas Artes de Testimonio Carlos Montemayor 2015 por su obra El deceso de mi infierno bipolar, Rembao fue un poeta, narrador y promotor cultural comprometido con la visibilidad de los trastornos mentales, luego de haber sido diagnosticado con trastorno bipolar desde los 17 años, cuando escribió desde su experiencia íntima y presentó en 2024 su último libro "El infierno de un poeta".

Su obra dejó huella por su valentía, sensibilidad y profundidad, y fue también un activo conferencista sobre salud mental, un tema que colocó en el centro del debate literario local.

Una constante: talento sin red de protección

Las tres muertes, aunque distintas, comparten un trasfondo de abandono institucional, crisis de salud (mental o social) y falta de mecanismos de cuidado para los creadores: 

Rogelio Treviño murió ignorado, a pesar de su legado literario.

Enrique Servín fue asesinado sin justicia.

Alejandro Rembao cayó en la fragilidad emocional que él mismo retrató con honestidad y dolor.

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