La Navidad en México se viste de gala. Pocas celebraciones son tan valiosas y significativas para nuestro país como lo es la época navideña. Además de la emoción por repartir regalos entre nuestros amigos y familia, los mexicanos utilizamos la Navidad como el pretexto ideal para cerrar el año con broche de oro a base de tradiciones decorativas, posadas llenas de magia y comidas que satisfacen el corazón.
Aunque hoy en día no se puede concebir diciembre sin Navidad, en realidad pasó mucho tiempo antes de que esta tradición se arraigara en nuestra nación. Sin embargo, una vez que se instaló en el país —y en nuestro corazón—, las posadas, pastorelas y hasta los tamales se convirtieron en elementos navideños primordiales. ¿Qué se come? ¿Cuánto tiempo duran las celebraciones? ¿Cómo se decora? Las respuestas a todas estas preguntas, y mucho más, están aquí.
¿Cómo surgió la Navidad en México?
Como sabemos, la Navidad fue una tradición que surgió gracias a una convergencia entre las prácticas paganas, en el hemisferio escandinavo, y las tareas evangelizadoras de la iglesia cristiana. Ese mismo contexto fue el que se vivió en nuestro país: la Navidad en México fue una confluencia cultural y religiosa que derivó en una festividad única y diferenciada del resto del mundo.
Para comprender mejor este suceso, nos situaremos en el XVI, cuando los españoles trajeron consigo su religión a la Nueva España, hoy México. En este punto de la historia, las tradiciones navideñas ya se habían instaurado en Europa y constituían parte medular de la religión misma; por tal motivo, los franciscanos, dominicos y agustinos españoles utilizaron la Navidad como una herramienta para evangelizar a los pueblos indígenas. La virtud del proceso fue que la Navidad no fue impuesta de forma dictatorial; por el contrario, encontraron matices en común con las celebraciones prehispánicas. Un detalle bastante curioso es que, así como en las regiones escandinavas se celebraba el solsticio de invierno, nuestros ancestros también realizaban rituales sobre el cambio de estación y la renovación de la vida.
Pero ¿cómo se adaptó la Navidad en México tras las tareas de evangelización? El secreto sobre el triunfo de esta tradición radica en el abrazo que se tuvo a elementos prehispánicos: por ejemplo, la tradición de las posadas, que originalmente rememora la travesía que emprendieron María y José para encontrar refugio, retomó elementos indígenas relacionados con la abundancia y la fertilidad, por lo que a la tradición original se le añadió danza, cantos y la conocida petición de posada. Podemos concluir que, así como hubo un mestizaje racial, lo hubo en el ámbito cultural y religioso: para los indígenas, su arraigo en la tierra y el poder que representaba la comunidad fueron vitales para mezclarse con el cristianismo. La Navidad en México también significa festejar posadas, partir piñatas, celebrar el nacimiento de Jesús y cantar villancicos, sin dejar de lado el amor, esperanza y unión que siempre acompañan esta época especial.
Ahora que sabemos la manera en que llegó la Navidad a nuestro país, podemos indagar sobre cómo se celebra. En México, nada queda enmarcado dentro de los parámetros convencionales; dar nuestro toque especial es una costumbre a la que no sabemos renunciar. Si recordamos que Navidad proviene del latín nativitas y significa “nacimiento”, encontramos parte del festejo en su etimología: se conmemora el nacimiento de Jesucristo. Pero hay más.
Si bien el 25 de diciembre celebramos la Navidad en México, es obligatorio hablar del resto de actividades que enriquecen esta época. Así, Nochebuena, posadas, pastorelas, etcétera, aportan su granito de arena para que sea una temporada de completa tradición. No solo se trata de un día, ¡desde diciembre hasta febrero festejamos la Navidad!
¿Cuál es la diferencia entre Nochebuena y Navidad?
Aunque la energía que se vive y el regocijo que se comparte en Nochebuena y Navidad son el mismo, es cierto que hay una gran diferencia marcada entre ambas fechas. Como ya lo veíamos con anterioridad, la Navidad la festejamos el 25 de diciembre, mientras que Nochebuena se celebra un día anterior, es decir, el 24 de diciembre.
En México, la Nochebuena representa el peregrinaje hasta el nacimiento de Jesús, es decir, conserva gran parte del origen religioso de la tradición; la Navidad, por su parte, se celebra desde la medianoche y es un momento íntimo para la familia, para compartir una cena e intercambiar regalos.
Fiestas y tradiciones navideñas en México
Como la Navidad en México no se centra en una sola fecha, a continuación realizaremos un pequeño recorrido por todas las fiestas que, en su conjunto, conforman la temporada navideña. Se trata de un viaje único en donde cada tradición se enlaza con la siguiente y crea una atmósfera de felicidad constante, no por nada los mexicanos amamos la época.
Día de la Virgen de Guadalupe
El banderazo de inicio para las fiestas navideñas se da con el Día de la Virgen de Guadalupe. Esta fecha conmemora la última aparición de la Virgen a Juan Diego, un 12 de diciembre de 1531. En esa aparición, ella reveló que había curado a su tío y le pidió a Juan Diego que fuera al cerro del Tepeyac, donde encontraría rosas. Ahí, además de la curación del familiar del hombre, se vería el milagro de la Virgen, ya que esas flores ya no florecían en esa época ni eran comunes en dicha zona.
Algunas decenas de años después, específicamente en 1667, la hazaña se volvió motivo de celebración y en 1824 se convirtió en una fiesta nacional. Hoy en día, representa el inicio de las celebraciones navideñas, e incluso tiene una forma especial de vivir la fecha: muchos creyentes realizan peregrinaciones hacia la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México, mientras que se le dedican “Las Mañanitas” y se celebran fiestas en parroquias.
Pastorelas
Las pastorelas fueron una de las formas que las órdenes religiosas utilizaron en su objetivo de evangelización. Se trata de actividades teatrales con un trasfondo religioso: en ellas, un grupo de peregrinos decide asistir al nacimiento de Jesucristo, sin embargo, las maldades de los diablillos les impiden su encomienda; es gracias a un ángel que las vicisitudes de los peregrinos cesan y logran su cometido. Eufóricos, colman de regalos a Jesús y celebran junto a María y José.
Este tipo de representaciones se realizan en eventos navideños de escuelas, iglesias o espacios públicos. Aunque nacieron como una forma de mostrar el peregrinaje de María y José, en la actualidad algunas pastorelas disminuyen su carga religiosa y contienen una nota más inclinada a la celebración de la época. Sin importar el enfoque temático, es innegable que las pastorelas son una parte fundamental de la Navidad en México.
Posadas navideñas
En el invierno, los aztecas esperaban la venida de Huitzilopochtli, dios de la guerra, en una festividad conocida como Panquetzaliztli. Nuestros ancestros realizaban sus fiestas del 16 al 26 de diciembre, mismas fechas donde, en la actualidad, damos vida a las posadas navideñas. Que los días se mantengan vigentes no es mera casualidad, en realidad, hablamos de un trabajo de conversión religiosa por parte del fraile Diego Soria. La esencia de las posadas navideñas es representar la búsqueda que María y José, desde Nazaret hasta Belén, realizaron antes de poder encontrar un lugar donde María pudiera dar a luz a Jesús.
Sorpresivamente, las posadas fueron muy bien recibidas, sobre todo durante el siglo XVIII. En consecuencia, hoy las familias simulan un peregrinaje y piden alojo en su casa, mientras que un pequeño grupo de personas, dentro del hogar, niega la solicitud hasta que por fin dan la bienvenida a los peregrinos. Además, se agregaron cantos alusivos y, a decir verdad, muy navideños. Aquí también se insertó otra de las tradiciones mexicanas: romper la piñata. Incluso países como Honduras, Guatemala, Panamá y El Salvador adoptaron las posadas navideñas, originarias de México, como parte de sus tradiciones.
Nochebuena
La Nochebuena es una fecha muy especial dentro de los festejos navideños, pues es el día que recuerda el nacimiento de Jesucristo. Para tal ocasión, en Nochebuena se suele festejar la última de las posadas —en donde se entona la famosa canción “Entren santos peregrinos”— , se parten piñatas, se arrulla al Niño Dios —para después colocarlo en el nacimiento— y, por supuesto, se recibe a la familia completa y a los amigos más cercanos en una mesa muy bien decorada para la ocasión.
La corona de la noche la lleva puesta la cena que se celebra por la noche, en la que se comparten platillos tradicionales de la festividad, como el pavo relleno y el bacalao, pues recordemos que una barriga llena asegura un corazón contento. Sin embargo, hay algo que siempre subyace en la reunión: la dicha de convivir en familia.
Navidad
Después de vivir una memorable Nochebuena, se festeja la Navidad en México. El 25 de diciembre se disfruta de una forma más tranquila, para descansar y compartir bellos momentos con la familia. Por eso, es común observar casas llenas de amor y alegría. Como parte de la tradición, en este día se suelen compartir regalos con la familia, ya sea que cada miembro otorgue un bonito detalle a cada persona o que se celebre el famoso Amigo Secreto, que consiste en darle una sorpresa a un familiar determinado.
El recalentado también es parte de la tradición navideña, es decir, comer la cena de la noche anterior, pues en México, la comida siempre se prepara en cantidades abundantes. Una bonita tarde de películas o de paseo por las calles de la ciudad es la manera en la que se cierra este día tan especial.
Día de los Santos Inocentes
Tres días después de la Navidad, es decir, el 28 de diciembre de cada año, se celebra el Día de los Santos Inocentes. A pesar de que la fecha se vive entre bromas y risas, su origen en realidad tiene un contexto triste y oscuro. Lleva por nombre Día de los Santos Inocentes por el Evangelio de Mateo que relata el asesinato de niños menores de 2 años en Belén. Según cuenta la historia, tras el anuncio del nacimiento de Jesucristo, Herodes I ordenó tal aberración para poder conservar el poder; no obstante, José había tenido una premonición al respecto y se había marchado junto con su familia hacia el desierto.
El motivo por el cual el Día de los Santos Inocentes se transformó en una fecha de bromas no es claro, sin embargo, se especulan tres teorías: es una alusión a la burla de José y María hacia Herodes porque pudieron escaparse, se refiere a la Saturliana de la antigua Roma o es una tradición periodística en donde los periódicos publicaban noticias estrepitosas para atraer lectores, pero con la respectiva aclaración al final de sus páginas. Sea cual sea el verdadero motivo, este día se vive con muchas risas de por medio y precaución de quienes llevan su diversión a otro nivel.
Día de Reyes
¡El Día de Reyes es el más esperado por los pequeños mexicanos! El 6 de enero simboliza la inocencia infantil y su deseo por los regalos sorpresa, pues los Reyes Magos los recompensan por su buen comportamiento durante el año con aquellos juguetes que más anhelan. Por tal motivo, es tradición dejar su cartita en el árbol de Navidad una noche antes junto con algunos aperitivos para Melchor, Gaspar y Baltazar, así como para sus compañeros animales. Al finalizar el día, también se parte la famosa Rosca de Reyes.
La evolución del Día de Reyes dejó de lado su origen religioso; sin embargo, es necesario que recordemos que los Reyes Magos fueron quienes entregaron a Jesús oro, incienso y mirra. Cuando partieron, siguieron la estrella de Belén y, como parte del mito, se cree que las tres estrellas que se ven en el cielo representan a cada uno de estos magos.
Día de la Candelaria
Para algunos, la Navidad en México termina el 6 de enero; para otros, se extiende hasta el 2 de febrero, es decir, el Día de la Candelaria. Ambas fechas están muy relacionadas entre sí, no por proximidad temporal, sino por el alimento. La Rosca de Reyes, que se parte en enero, dicta quién tendrá que comprar los tamales —para la familia, los amigos o los compañeros del trabajo— en el Día de la Candelaria: los afortunados serán aquellos que obtengan una figura del Niño Dios en su roscón.
Luego de la tensión por saber quiénes serán los próximos proveedores de tamales, muy poco se habla del origen de esta peculiar tradición mexicana. La Fiesta de la Luz, como también se le llama, reconoce dos eventos bíblicos: la purificación de la Virgen María y la presentación de Jesús en el Templo.
Elementos decorativos de Navidad
Como pudiste leer, las fechas que componen la Navidad en México son muchas, pero ahí no termina todo, pues así como los días importan, también son dignos de mención los elementos decorativos. La cualidad de nuestras fiestas decembrinas es que la decoración puede ser tan colorida y llena de esmero como nuestro carácter mexicano. Estas son las piezas que bajo ninguna circunstancia puede faltar en nuestros hogares:
Nacimientos
Los nacimientos o pesebres otorgan la oportunidad de explotar al máximo la creatividad navideña. Esta decoración busca representar el nacimiento de Jesús por medio de figuras, una choza, animalitos y mucha imaginación, pues las posibilidades de creación resultan infinitas. Para los que gustan de la discreción, hay pesebres diminutos hechos en madera, cristal y hasta obsidiana; otros se decantan por ocupar todo su patio o jardín y montar una verdadera imagen, e incluso existen las personas que encuentran la abstracción como su medio de inspiración, por lo que utilizan siluetas en alambre muy bien diseñadas.
No existe un lugar específico o obligatorio donde poner el nacimiento; se puede colocar a un costado del arbolito de Navidad, en el jardín o en una mesa de noche. En cuanto al cuándo, la fecha ideal es durante el primer domingo de Adviento, pero hay mucha flexibilidad al respecto.
Árbol de Navidad
Cuando se piensa en la Navidad, el primer pensamiento que nos invade es un árbolito lleno de luces, esferas y mucha decoración. Por supuesto, este elemento no puede faltar en nuestros hogares mexicanos. El árbol de Navidad nació en Europa, específicamente de la región escandinava, en donde se veneraba el dios del Sol, Frey, y se pedía por el regreso de la luz. Para tal motivo adornaban el Yggdrasil, que era un árbol de hoja perenne. Cuando la religión cristiana llegó a estas tierras, decidió que el significado del árbol cambiaría y, en lugar de ser una celebración pagana, se convirtió en un símbolo de amor por Dios.
Para nuestro siglo, el arbolito navideño es un punto de encuentro, pues los mexicanos nos sentamos alrededor de él, ya sea para abrir regalos o para compartir una taza de chocolate caliente. Conforme pasó el tiempo, los tipos del árbol evolucionaron junto con nuestras necesidades: si queremos un árbol natural, artificial o hecho por nosotros, no hay ninguna restricción.
Flor de nochebuena
¡En México, tenemos la fiesta de Nochebuena y la flor nochebuena! Qué mayor demostración de amor por nuestras fiestas. Además del árbol, la nochebuena es un símbolo inseparable de la Navidad en México, pues decora los hogares gracias a su auténtico color rojo y su forma tan abierta, así como oficinas y calles por igual. Ninguna flor puede ser tan representativa de la época como esta. Su nombre proviene del cuetlaxochitl, que significa “flor color de fuego”. La nochebuena siempre fungió como una belleza mexica, pues el mismo Moctezuma gustaba de decorar su morada con ella; cuando los españoles llegaron, la adoptaron como símbolo navideño porque florecía en diciembre.
Su relevancia traspasó a la flor misma y podemos verla en luces que decoran los centros históricos de varios estados, en estampados, papel decorativo, bases para velas… simplemente está en todos lados. En adición, es perfecta para contrastar el verde típico del árbol y darle vitalidad a cualquier espacio.
Piñatas
Colores, picos y mucha diversión son el anuncio de la llegada de las piñatas al listado de la decoración navideña. Pocas cosas guardan tanta felicidad en su interior, y lo decimos de una forma muy literal: dulces, frutas y hasta juguetes son parte de la recompensa que las piñatas regalan a todas las familias mexicanas. La tradición invita a los pequeños —y no tan pequeños— a vendarse los ojos y pegarle a la piñata con un palo; la fiesta que se vive una vez que se rompe es un amasijo de risas, gritos y algún que otro golpe.
Las piñatas tradicionales son redondas en su centro y están decoradas con 7 picos en su circunferencia: cada uno de estos representa un pecado capital. El rito al canto de “dale, dale, dale, no pierdas el tino…” simboliza la fe; al romperse la piñata, se vencen los pecados. Y como dice la canción: “y tu tiempo se acabó”.
Cascanueces
Muchas de las costumbres y decoraciones navideñas provienen del folclore alemán: la tradición, el árbol y hasta los cascanueces. Estos últimos son piezas que siempre acompañan el hogar que ama la época del frío y del festejo. Se trata de soldado uniformado, con cara ancha y cuerda en la espalda para que pueda abrir la boca. Los cascanueces dejaron atrás a aquel instrumento que se utilizaba para abrir las nueces y, en su lugar, se mantiene en el imaginario a estos figurines que nacieron de la literatura misma: fue el escritor E.T.A. Hoffman quien narró una historia entre un cascanueces y unos malvados ratones. Hoy, además de ser una decoración navideña y un cuento para niños, también es una obra de ballet muy querida por todos.
Corona de Adviento
La última de las decoraciones de la Navidad en México es la corona de Adviento. Este objeto, tal y como su nombre lo sugiere, es una corona de ramas verdes con cuatro veladoras y un cirio al centro. Según la tradición cristiana, cada una de las velas se debe encender un domingo de Adviento, pues es un tiempo de reflexión sobre la fe y sobre uno mismo. De esta manera, con cada vela consumida, se lleva la cuenta del tiempo que falta para Navidad.
También es importante recalcar que cada una de las velas tiene un color específico para representar una característica propia. Por último, cuando se enciende el cirio, se simboliza el nacimiento de Jesús.
¿Qué se come en Navidad en México?
Para los mexicanos la comida es todo un ritual lleno de sabores, texturas, explosiones en el paladar y armonía para el cuerpo. Pocos placeres son tan abrazados en México como la gastronomía. Nuestra cocina es deliciosa en el día a día; para las fiestas navideñas, sin embargo, es todo una proeza que nos deleita. La Navidad en México está llena de platillos en varios matices: dulces, salados, picosos, en bebidas y, eso sí, mezclas entre sabores prehispánicos y españoles.
Hablamos de sabor, sí, pero también de cantidades. Es típico que las cenas navideñas estén llenas de platillos que cada familia lleva a la mesa y la mayor felicidad de este evento es poder compartir los alimentos con todos por varios días. Así, el recalentado navideño se volvió casi una tradición mexicana.
Platillos tradicionales
Podemos asegurar que cada estado tiene un platillo típico que se prepara con amor en la Navidad; sin embargo, a continuación enlistaremos aquellos que, por su sabor, la complejidad de su sazón o la carga histórica, destacan por encima de todo. No habrá limitación alguna, dulce y salado son parte de nuestra cocina y merecen su respectiva mención; ¿alimentos o bebidas? No importa su forma, el sabor es el protagonista.
Pavo
El pavo es todo un festín navideño que siempre acompaña las mesas mexicanas. A pesar de que tiene una influencia claramente europea, su mayor ventaja es que puede ser preparado de muchísimas formas y acompañado por varias guarniciones. Así, el sabor siempre destaca. En México, el pavo relleno es la forma más común para prepararlo y el sazón es una completa exquisitez. Al momento de probarlo, se puede sentir con claridad el sabor del vino en la carne, pero contrasta con la combinación del relleno, que oscila según cada familia, pero suele tener semillas, como nueces, tocino y otras carnes, especias como acitrón y pimienta, ciruelas, perejil y hasta brandy. En palabras no podemos hacerle justicia al sabor. Su acompañamiento da otra escala al paladar, entre los que destacan el puré de papa o el gravy.
Romeritos
El mole no puede faltar en las fiestas navideñas de México. Este icónico platillo lleno de tradición ancestral y que reconecta con nuestras raíces encabeza una de las comidas que más amamos en Navidad: los romeritos. Su nombre ya lo adelanta, al degustar este plato, encontramos romeritos, que son deliciosos quelites. La preparación se acompaña del mole, papas y nopales. Sin embargo, para añadir textura y un toque salado, pues el mole deja un regusto dulce, se agregan también tortitas de camarón. El resultado final es todo un banquete y una de las razones por las que los romeritos son muy queridos es por la carga culinaria llena de cultura 100% mexicana.
Bacalao a la vizcaína
Así como amamos los alimentos llenos de raíces, en Navidad también disfrutamos de platillos con mezclas gastronómicas de otras regiones. Hablamos, por supuesto, del bacalao a la vizcaína, nativo del País Vasco, que se ancló con fuerza en el paladar y corazón de los mexicanos. Con un toque del mar, el bacalao se prepara en una deliciosa salsa de jitomate con pimientos, aceitunas y papas. Por mera preferencia, este alimento puede quedar más líquido o seco, pero en cualquier caso siempre está lleno de sabores y muchos contrastes.
Pierna de cerdo adobada
El chile es un ingrediente que no puede faltar en la gastronomía mexicana. Por fortuna para nosotros, hay una amplia variedad que, mezclados, dan como resultado salsas, caldillos y adobos. Este último es el que da un toque muy especial a la pierna de cerdo que se come en Navidad. Para empezar, los chiles ancho y pasilla funcionan como la base en notas altas; el jugo de naranja, la manteca y el vinagre de manzana equilibran el adobo final. La pierna, que se baña y hornea con el adobo, adquiere mucha jugosidad, pero siempre se le puede añadir un poco más de este néctar mexicano.
Ponche navideño
A diferencia de lo que muchos piensan, el ponche no es una bebida típica de México, pero sí fue adoptada con mucho cariño. El ponche proviene de la India, donde se le dice pãc, que quiere decir cinco, en relación al número de ingredientes con los que se prepara esta bebida en el país asiático. Inglaterra adoptó el término punch que rápidamente se convirtió en ponche. Esta bebida consta de piloncillo, tejocote, manzana, canela, ciruela, caña de azúcar, guayaba, jamaica y tamarindo; se sirve caliente y ayuda a darle calidez a los corazones mexicanos.
Atole
Si el ponche no proviene de México, nos congratula admitir que el atole sí. De hecho, la raíz de la palabra viene del náhualt atolli, que significa “aguado” y era una bebida muy querida en los pueblos indígenas. En esos tiempos, se solía preparar con una cocción lenta del maíz. En la actualidad, se condimenta con otros sabores más dulces, como la fresa, el chocolate, la vainilla, la guayaba, la piña y hasta el queso; sin embargo, nunca se deja de lado el ingrediente principal: el maíz.
Ensalada de Nochebuena
No todo son platillos fuertes ni bebidas, en la cocina mexicana de Navidad también hay ensaladas para acompañar durante la cena y refrescar el paladar. En el caso de la ensalada de Nochebuena, las frutas y las semillas son las protagonistas. Su atributo es la dulzura que aporta en cada cucharada con una textura crujiente para cada bocado. El betabel da el toque de cxolor navideño, la jicama y la manzana conforman el cuerpo de la ensalada, mientras que el jugo de mandarina o naranja ajusta el dulzor con un poco de acidez; finalmente, los cacahuates balancean el contenido con un poco de sal.
Ensalada de manzana
Más dulce que la ensalada de Nochebuena, pero igual deliciosa es la ensalada de manzana. Este platillo, en lugar de ser un frescor, muchas veces se come a modo de postre. La manzana resalta por todo lo alto, mientras se mezcla con crema, piña en almíbar, leche condensada, arándanos, pasitas y nuez. La única mala noticia es que con la ensalada de manzana nunca se puede parar.
Buñuelos
Aunque hay muchos tipos de buñuelos y cada país los prepara a su manera, el mexicano se caracteriza por su forma y sabor. La preparación base es una masa de harina frita, la cual se coloca en forma redondeada y con un espesor delgado. Después de que se fríe, se le añade azúcar y miel, por lo que al final tenemos un postre crujiente, dulce y que se acompaña a la perfección del atole o el ponche.
Lugares para pasar Navidad en México
La Navidad en México también se vive en las afueras de los hogares. Aunque hay una atmósfera cálida, de unión y amor en casa, los amantes de las aventuras prefieren adentrarse en una experiencia diferente. Hay algunas partes de nuestro país que ofrecen todo un espectáculo de luces naturales, mientras que la diversión está garantizada para todos. Los siguientes son lugares navideños a los que vale la pena visitar al menos una vez en la vida.
Visitar Atlixco durante Navidad es como caminar por la villa navideña de Santa Claus. No exageramos cuando decimos que este pueblo está lleno de luces, adornos, puestos y artesanías. En la Villa Iluminada el tiempo no pasa y los amantes de la Navidad se pueden deleitar con sus desfiles, sus divertidas pastorelas, sus túneles de luz y, por supuesto, sus platillos típicos. Quienes están deseosos de pasar unas fiestas diferentes, pueden adentrarse a Puebla desde el 21 de noviembre hasta el 7 de enero. ¡Ah! Un museo de la Navidad y hermosos jardines son otras atracciones que sí o sí se deben visitar.
Feria de las Esferas en Chignahuapan, Puebla
A Puebla le encanta la Navidad, pues además de la Villa Iluminada, también tiene la Feria de las Esferas. Del 21 al 30 de noviembre, un enorme bazar lleno de decoraciones navideñas se instala en Chignahuapan, donde todos los mexicanos deseosos de conseguir esferas de vidrio soplado y otros adornos para el hogar acuden sin falta. Este año, habrá un concierto de música regional y pop, así como degustaciones de los platillos típicos de Puebla.
Noche de Rábanos en Oaxaca
Para calentar los motores de la Navidad, el 23 de diciembre acontece toda una celebración fuera de lo común en Oaxaca. Se trata de la Noche de Rábanos y sí, hay rábanos por doquier, pues es una exposición de figuras hechas con este colorido vegetal. Las formas que realizan los oaxaqueños resultan cautivadoras y muy divertidas. Como dato curioso, este evento se remonta a 1867, así que podemos afirmar que se trata de la cultura como testigo.
La Rama en Veracruz
Veracruz se viste verde para su ancestral tradición conocida como La Rama. Del 16 al 24 de diciembre, los veracruzanos peregrinan con una rama de árbol decorada como pino de Navidad. Así, visitan casa por casa entre villancicos y, a cambio, reciben un aguinaldo, que puede ser monetario o en especie, mayormente frutas o dulces. Sin dudas, esta celebración mexicana enaltece el amor por las épocas decembrinas y demuestra la unión que todavía existe entre las comunidades de Veracruz.
Pastorelas de Tepotzotlán
Del 16 al 23 de diciembre, Tepotzotlán festeja la Navidad con pastorelas. Esta tradición lleva 50 años en uso y regala toda una experiencia, pues además de estas escenificaciones navideñas, también ofrecen ponche, una deliciosa cena que varía entre pozole, pambazos o buñuelos, piñatas, mariachis y hasta pirotecnia. Para quienes quieren darse una escapadita, sin viajar lejos de la Ciudad de México, esta opción les encantará.
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