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Buenos Aires. El gobierno de Estados Unidos formalizó ayer la firma de un convenio para un “Acuerdo sobre Comercio e Inversión Recíprocos” con Argentina, que aunque sostiene que busca impulsar el crecimiento a largo plazo, ampliar las oportunidades favorecer al país, al revisar lo que se conoce como “puntos principales”, sumado a la coincidencia de varios economistas, hay cada vez más denuncias, que convierten al mismo en un “acuerdo absolutamente colonial”, que apunta a China y compromete los recientes acuerdos entre la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (Mercosur).


En una declaración conjunta, el presidente estadunidense, Donald Trump, y su homólogo argentino, Javier Milei, reiteraron la alianza estratégica entre ambos países, fundada en “valores democráticos compartidos y una visión común de libre empresa, iniciativa privada y mercados abiertos”.


La respuesta generó una alarma a nivel nacional. “No es sólo un golpe económico, es político-social, contra la soberanía nacional cada vez más cercada”, advirtieron “Juristas Asociados”, ahora “en lucha” junto a más organizaciones que surgen aceleradamente “en defensa de la patria” ante la severa crisis que sacude al país.


Milei, bajo advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), avanza con nuevos decretos para “hundir la motosierra hasta el fondo”, y busca imponer una serie de medidas antipopulares, que ningún pueblo podría resistir, señalaron organizaciones sociales.


Para esto, los aprestos de un poder autoritario y dependiente, se advierten cada día que pasa, como el miércoles en el nuevo ataque de policías, cada vez mejor armados, contra un pequeño grupo de jubilados en su marcha pacifica al Congreso. Varios resultaron heridos y lesionados.


Por otra parte, el ex ministro de Producción, Julio de Vido, que acompañó a los gobiernos del presidente Néstor Kichner, y de su sucesora, Cristina Fernández de Kichner, fue detenido de imprevisto, cuando todo indica que comenzó una nueva cacería de políticos y ex funcionarios del peronismo.


De Vido, al que le correspondería prisión domiciliaria por su edad y por la reapertura de una causa en la que fue sobreseído, fue llevado a un cárcel común, como si se tratara de un peligroso criminal.


Ante este escenario cabe destacar lo advertido por Fernández de Kirchner, en prisión domiciliaria y proscrita de por vida para para ocupar cargos públicos, sobre la utilización de causas judiciales falsas, cerradas hace tiempo y ahora reabiertas como “un escenario de teatro necesario para el gobierno”.


La administración ultraderechista de Milei amenaza ahora con ir por los hijos de Fernández, al tiempo que intenta ejecutar un embargo de todos sus bienes, e incluso quitarle su pensión y su jubilación. Desde su casa-prisión, la ex presidenta dio a conocer el testimonio sobre el juicio por la llamada “causa de los cuadernos”, y denunció torturas a los acusados para obligarlos a arrepentirse.


“Ya lo habíamos dicho: en esta opereta judicial de los Cuadernos truchos (falsos), a los llamados arrepentidos’ habría que llamarlos ‘extorsionados’ (…) y la verdad… nos quedamos cortos. Porque ahora vemos que algunos de ellos fueron directamente torturados”.


Para demostrar la situación, Fernández dio a conocer el testimonio del abogado Roberto Herrera, quien contó en una entrevista los tormentos que sufrió uno de sus defendidos antes de aceptar ser testigo colaborador.


Afirmó que “esto ya no es lawfare: es persecución política con métodos propios de las dictaduras”, y señaló al fiscal Carlos Stornelli por haber sido quien “escribió el guion que se está leyendo en este circo y que se reproduce con grandes titulares en Clarín y La Nación”.


Recordó que ese fiscal fue “procesado por asociación ilícita en una causa por extorsión a un empresario y por instalarle una cámara oculta a un abogado defensor. Eso sí… pese a las pruebas contundentes en su contra, terminó siendo salvado por la Corte de los Tres", en referencia a la Suprema Corte de Justicia más parcial que se haya conocido desde la recuperación de la democracia en 1983.


Calificó la situación como “agenda judicial para la distracción”, al señalar que la serie de ilegalidades cometidas fueron amparadas por “el bestiario judicial del macrismo (en referencia al ex presidente Mauricio Macri): jueces y fiscales al servicio del poder económico, listos siempre para perseguir a la oposición política real y darle impunidad a los delincuentes de verdad”.


Fernández de Kirchner hizo referencia a lo que llamó “la oscura operación de rescate por parte de Estados Unidos al gobierno de Milei”, en referencia a las declaraciones del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien confesó que “prestarle a Milei fue un ‘gran negocio’ para Estados Unidos”, y sostuvo que “no es economía: es colonialismo financiero con cómplices locales”.

LA JORNADA

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