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Chihuahua, Chh.- Entre flores de cempasúchil, papel picado y notas de nostalgia, Casa Los Laureles se ha llenado de vida —y de recuerdo— con la instalación “Mi corazón sigue latiendo”, una propuesta que invita a celebrar el Día de Muertos desde el arte y la emoción, organizada por la Secretaría de Cultura. 

El recorrido, abierto al público desde las nueve de la mañana y disponible hasta el 2 de noviembre, convierte los jardines del antiguo Panteón Jardín en un homenaje a la memoria colectiva de Chihuahua. No hay boletos ni protocolos: basta llegar y dejarse envolver por los colores, los aromas y las historias que palpitan en cada rincón.

La experiencia se despliega en tres espacios que dialogan entre la alegría y la nostalgia. En “La Muertería”, la muerte se vuelve un juego: las cartas de lotería cobran vida en forma de calaveras y catrinas gigantes, en un ambiente donde el humor y la ironía típicamente mexicanas hacen que el más allá parezca una fiesta.

“El Itacate” es un altar lleno de ofrendas y buenos deseos, un recordatorio de que los afectos también trascienden el tiempo. Y en el corazón del recorrido, un pasillo luminoso conduce al altar principal, donde cualquier visitante puede dejar una fotografía —sin marco, como símbolo de libertad y pertenencia— de quienes siguen vivos en la memoria.

Ubicada en avenida Universidad, esquina con División del Norte, en la colonia Altavista de la ciudad de Chihuahua, esta instalación se ha convertido en un punto de encuentro entre el arte y la tradición, por lo que la Secretaría de Cultura invita a recorrerla.

“Mi corazón sigue latiendo” no solo honra a los que se fueron; también celebra la vitalidad de una cultura que, año con año, reafirma que la muerte no es final, sino un motivo más para seguir recordando y compartiendo.

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