Chihuahua, Chih.- "La obesidad infantil no es sólo una cuestión estética, sino una crisis de salud pública que pone en riesgo la calidad de vida de las nuevas generaciones. Es un problema social que requiere una solución integral, combatirla es una responsabilidad que no recae en una sola entidad, sino en toda la sociedad: el gobierno, las empresas, docentes, padres de familia, y cada uno de nosotros", dijo hoy la diputada infantil Marcela Jaqueline Zubia Amador.
Estudiante del sexto grado de la escuela primaria Efrén C González del municipio de Nuevo Casas Grandes, la niña diputada infantil agradeció la oportunidad de representar a todas las niñas y niños de su municipio, en representación de la diputada Brenda Ríos Prieto. A continuación, el texto íntegro.
"México ocupa el primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil. En la actualidad, existe un alto porcentaje de niños en la edad escolar, atravesando por esta problemática, misma que daña nuestra salud integral, tanto física como mental y social.
Los niños con obesidad son más propensos en un futuro a desarrollar enfermedades cardiacas, diabetes e hipertensión, así como ansiedad, depresión y baja autoestima.
Afecta la calidad de vida de los niños, limitando su capacidad para participar en actividades físicas y sociales, pueden ser objeto de estigmatización y discriminación por parte de sus compañeros.
En primer lugar, el gobierno tiene un papel fundamental en la lucha contra la obesidad infantil. Es su deber regular la publicidad y el acceso a los alimentos ultraprocesados, que inundan el mercado con productos altamente calóricos y bajos en nutrientes. No podemos permitir que las empresas de comida chatarra se aprovechen de estrategias de mercadotecnia agresivas para atraer a los más pequeños. Se requieren leyes que regulen estos productos, limiten la publicidad engañosa y fomenten programas de alimentación saludable en las escuelas.
Por su parte, los padres de familia tienen un rol importante en la alimentación de sus hijos. Los hábitos alimenticios se forman en casa, y es deber de los padres ofrecer opciones saludables y equilibradas. Educar a los niños sobre la importancia de una alimentación balanceada y predicar con el ejemplo es una tarea imprescindible. No se trata solo de prohibir, sino de enseñarles a tomar decisiones saludables que los acompañen toda la vida.
Los maestros, los padres de familia y los profesionales de la salud pueden trabajar en conjunto para desarrollar un plan de acción para ayudar a los niños a alcanzar un peso saludable.
Tenemos derecho a recibir educación sobre nutrición y que se nos permita tomar decisiones informadas sobre nuestra salud, a participar en actividades físicas, que nos permitan desarrollar nuestras habilidades motoras para mantener nuestra salud en óptimas condiciones. A vivir en un entorno que promuevan nuestro bienestar, libre de factores de riesgo para la obesidad.
El sedentarismo, impulsado por el uso excesivo de dispositivos electrónicos, está contribuyendo a un aumento alarmante en los índices de obesidad. Es vital fomentar el deporte en las escuelas, recuperar los espacios públicos para la recreación y alentar a los niños a jugar al aire libre. La actividad física no solo previene la obesidad, sino que también mejora el estado de ánimo, refuerza la autoestima y promueve una vida más saludable.
Juntos podemos hacer una diferencia y ayudar a los niños y niñas a crecer sanos y felices. Necesitamos gobiernos responsables, empresas con ética, docentes, Padres de familia comprometidos y niños activos. No podemos permitir que una generación crezca con enfermedades prevenibles cuando tenemos el poder de cambiar su futuro".
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