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Ciudad de México. Con la convicción de reivindicar la figura y legado de Esperanza Iris, desde hace dos años se trabaja arduamente para completar la fototeca y el repositorio digital, que estarán disponibles próximamente en Internet, lo que significa “un acto de justicia” para la reina de la opereta, artista y empresaria, quien fue fundamental en las artes escénicas y abrió el camino en un ámbito dominado por hombres.


De la fototeca de la actriz y cantante mexicana ya se puede consultar parte del material que se ha subido a la página web de repositorios Ilnamiqui, de la Dirección General de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Ciudad de México.


Dedicada a la legendaria tiple, la sección se integra principalmente por fotografías y tarjetas postales fechadas entre 1898 y 1959. Se encuentran imágenes de estudio, de actividades sociales y de la Compañía de Operetas Vienesas y de Zarzuelas, además de fotos sobre su vida pública y privada, sin faltar las del Teatro Esperanza Iris.


El acervo de la fototeca, a su vez, forma parte de la Colección Esperanza Iris, que se encuentra en el Archivo Histórico de la Ciudad de México Carlos de Sigüenza y Góngora. Esta amplia y diversa documentación llegó a esa instancia luego de haberse encontrado tras el telón del Teatro Esperanza Iris.


“Por no formar parte de la historia y origen institucional, la colección no está incluida en los fondos que son específicamente del Archivo Histórico. La fecha de su ingreso es el 4 agosto de 1983 y, según el registro del entonces Distrito Federal, los administradores vieron con carácter histórico la documentación, que fue transferida al archivo y entregada en paquetes numerados”, explicó Erick Rafael Carrillo Ortega, quien pertenece al equipo de control de acervos.


Detalló: “Todo este material no se trabajó sino hasta 1999 y 2000; después se hizo un inventario que quedó inédito en el archivo histórico. Entonces, se dio por entendido que se transfirieron 197 cajas, 76 libros y un diario, lo que corresponde a 24 metros lineales. Este primer recuento fue hace casi 25 años y no ha habido otra intervención, pero hasta ahora que estamos trabajando se identificaron ciertos periodos de la documentación, que van de 1879 a 1976, de 1915 a 1944 y otro material más reciente –del Teatro de la Ciudad–, de 1970 a 1975”.


Carrillo Ortega dijo que la tipología de toda la colección Esperanza Iris, “que se remonta al diagnóstico del año 2000, consta de manuscritos y mecanografías, así como documentos gráficos y un universo visual donde hay planos, folletería, periódicos, revistas, boletaje, programas de mano, tarjetas, libros, partituras, telegramas, negativos, fotografías y dibujos. Todo este gran acervo está dividido en tres secciones: vida y teatro, hemerografía e imágenes; éste ultimo apartado es el que actualmente se está replanteando”.


De toda esa colección, Erick Carrillo delimitó el material y desde 2023 se ha dedicado a clasificar, con el equipo de control de acervos, y crear el repositorio digital, que engloba toda la fototeca, a la cual sólo se han subido tres cajas.


“Desde que comenzamos, hasta la fecha llevamos registradas mil 945 fotografías, de un total de 3 mil 823. En este material hemos encontrado más de 150 personajes que estaban sin identificar, agencias, estudios de fotografía y lugares, así como acróbatas, malabaristas, contorsionistas y hasta equilibristas que han sido reconocidos entre el material, donde también hay imágenes del ‘detrás de cámaras’ de dos cintas en las que actuó la reconocida artista y cantante”.


Imágenes familiares y de trabajo


En estas fotografías, detalló, “hay momentos familiares, personales y se puede ver a Esperanza Iris de vacaciones; en días de campo, viajes, giras y temporadas artísticas. Son 15 cajas con fechas extremas que van desde 1898, con la foto más antigua, hasta 1959. Es un trabajo arduo, pues es una investigación histórica que incluye leer bibliografía y consultar diversa hemerografía”.


Carrillo, egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, aseguró: “Preservar y estudiar la colección documental y fotográfica hasta la fecha nos ha permitido mirar el legado que la artista nos dejó porque no sólo cantó y actuó, también gestionó, dirigió y transformó espacios culturales con una visión propia de una artista. Incluso, el dinero para su teatro no fue pagado con recursos del gobierno; ella ahorró cada peso, se autogestionó y edificó su recinto. No sólo fue dueña del Teatro Iris, sino del Payret y de otros lugares en La Habana, Cuba”.


Así, “cada carta, fotografía o programa de mano es una evidencia del trabajo de una mujer creativa que luchó por legitimarse en la escena pública”. Con eso, puntualizó, “buscamos no únicamente aportar a la historia de Esperanza Iris, sino abrir espacio a las nuevas generaciones, así como a investigadores, estudiantes, artistas y creadores que tengan interés en el acervo, que es testimonio vivo y nos permite comprender quién fue ella y difundir ese gran patrimonio visual”.


Entre los documentos se observa que el nombre de la artista asentado en su acta de nacimiento es Rosalía de la Esperanza Bonfil y Ferrer, que vio la luz en la casa 8 de la calle Juárez en San Juan Bautista –actualmente Villahermosa, Tabasco– “un 30 de marzo del año bisiesto de 1884, cuya fecha ha sido discutida, así como como que su muerte acaeció a los 78 años, el 7 u 8 de noviembre de 1962 en el teatro que lleva su nombre” en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

La JORNADA

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