Madrid. El músico y poeta Joan Manuel Serrat recibió en su ciudad natal, Barcelona, y en su tierra, Cataluña, una de las máximas distinciones que otorgan las instituciones locales: la Medalla de Oro de la Generalitat. En la ceremonia de entrega, en la que también se concedió la distinción a la actriz Núria Espert, una de las máximas figuras de la escena contemporánea en España, Serrat reivindicó su origen de “clase obrera” y se mostró orgulloso de su procedencia “humilde” y de que con sus letras haya podido “defender la libertad y la democracia”.
Serrat, retirado de los escenarios desde hace tiempo, aunque no de la creación y la composición, está siendo objeto de numerosos reconocimientos. Su trayectoria, desde que nació en Barcelona 1943, en plena dictadura fascista de Francisco Franco, le han convertido en una leyenda viva de la música y de la poesía. Algunas de sus letras y canciones ya forman parte de la memoria sentimental de varias generaciones contemporáneas, como su mítica canción Mediterráneo y los discos en los que homenajeó a algunos de los grandes poetas españoles, como Miguel Hernández, Antonio Machado, Federico García Lorca o Rafael Alberti. También, durante su vida, se convirtió en un luchador infatigable de la lengua y la cultura catalanas, hasta el punto de ser perseguido por el régimen dictatorial, lo que lo obligó a exiliarse un tiempo en México.
Durante la ceremonia de la entrega de la Medalla de Oro, Serrat pronunció un breve discurso en el que señaló: “He dedicado mi vida a escribir canciones y cantarlas. No me podía imaginar, cuando empezaba los caminos de la juventud y de la música, que tantos años después me encontraría en una situación tan complicada y tan gratificante como ésta. Pero fue entonces, cuando escribí mis primeras canciones, que decidí que ese sería mi oficio y estoy muy contento de haber persistido por ese camino. Yo era un joven humilde, de clase trabajadora, que gracias a mis buenas calificaciones había logrado acceder a la universidad, así que de alguna manera era la esperanza de esa familia que soñaba con que su hijo subiera su nivel social, personal, humano…
“Así que no se esperaban una decisión como esa, la de dedicarme a una actividad tan compleja como la artística. Pero me alegró de haberlo hecho porque es maravilloso ver cuando un obrero reconoce a otro obrero, porque es una clase que avanza y hace avanzar al país. He tenido mucha suerte en la vida de poderme dedicar a este oficio, ya que con mis canciones he podido defender la libertad y la democracia.”
Después de recibir la medalla, Serrat interpretó una de sus canciones más populares, El meu carrer, que recuerda también cómo creció en Barcelona y sus primeras andanzas en la música. El gobierno catalán, presidido por el socialista Salvador Illa, justificó este homenaje y reconocimiento a que la trayectoria artística de Serrat está estrechamente relacionada con el “compromiso cívico y humanista para la cultura catalana. Es una figura absolutamente capital para la cultura catalana y una gran figura de la cultura universal”.
LA JORNADA

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