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"Estamos dibujando algo así como un cuadro clínico de la sociedad", afirma el profesor de periodismo Thomas Hestermann sobre su recién publicado análisis Delincuencia y migración: imagen en los medios alemanes, que desde 2007 examinó cómo la nacionalidad y la etnicidad de los sospechosos de crímenes son reportadas en Alemania.


Hasta 2014 el origen apenas contaba

El equipo de Hestermann, de la Universidad Macromedia de Hamburgo, recopiló los datos de 2025 para el servicio informativo Mediendienst Integration. Los resultados, publicados el viernes (17.10.2025), son alarmantes. "Los sospechosos extranjeros aparecen mencionados aproximadamente tres veces más que su porcentaje en las estadísticas policiales", indica. El investigador de los medios de comunicación enfatiza que la cifra nunca había sido tan alta, y señala que en 2014 el origen de los sospechosos apenas tenía algún papel en las informaciones sobre crímenes.

Un año después, alrededor de un millón de personas llegaron a Alemania. Más de un tercio huía de la guerra civil en Siria y una quinta parte provenía de Albania y Kosovo. Desde entonces, Hestermann ha registrado una "drástica distorsión" en los medios alemanes en lo que respecta a la delincuencia y la migración.


"¿Cómo está cambiando la percepción de la violencia?"

Las noticias tienen consecuencias, afirma, porque la mayoría de las personas solo conocen los delitos violentos a través de los medios y se forman su propia opinión a partir de ellos. "¿Cuán vulnerable soy?, ¿quién representa la amenaza?". Las preguntas que Hestermann se plantea en este contexto desde una perspectiva científica son similares: "¿Cómo está cambiando la percepción de la violencia?, ¿cómo está cambiando la visión de los sospechosos y su procedencia?".

El experiodista describe las diferentes reacciones que observó, utilizando el ejemplo de dos atentados ocurridos en Múnich y  Mannheim en 2025. "En Múnich un joven afgano embistió con su vehículo a una multitud y dos personas murieron. Poco después, en Mannheim, un alemán también embistió con su automóvil a una multitud, matando a dos víctimas al azar", recuerda Hestermann. Dos sucesos similares con respuestas diferentes, "manifestación en Múnich, moderación en Mannheim", resume.

Estado en que quedó el vehículo y la escena del crimen después de que el automóvil se avalanzara contra una manifestación convocada por el sindicato Verdi en Múnich.Estado en que quedó el vehículo y la escena del crimen después de que el automóvil se avalanzara contra una manifestación convocada por el sindicato Verdi en Múnich.

El 13 de febrero, un hombre embistió con su coche a una multitud en Múnich; el presunto autor era afgano. La repercusión mediática fue muy superior a un caso similar protagonizado por un alemán en Mannheim.


Se reportó el doble de casos de sospechosos extranjeros

¿Y qué está pasando en los medios? La cadena pública ARD interrumpe la programación para emitir un especial de "últimas noticias" en horario de máxima audiencia sobre el atentado de Múnich, pero no sobre el de Mannheim. En general, hubo el doble de reportajes en programas de televisión y periódicos alemanes sobre el crimen que involucraba al sospechoso extranjero.

¿A qué se debe esto? Hestermann conoce bien los reflejos periodísticos gracias a sus años de experiencia como reportero y presentador en emisoras de radio y televisión, tanto públicas como privadas. A menudo, las decisiones se toman de forma intuitiva, basándose en las corazonadas, afirma. Esto suele hacerse de forma inconsciente, como aprendió en conversaciones durante visitas a editoriales. Pero, "muchas decisiones intuitivas se convierten en un patrón periodístico que sigue una agenda populista de derecha", asegura.


"La información es discriminatoria en general"

El experiodista enfatiza que, como académico, no quiere dar la impresión de sabelotodo. Se suele decir que los periodistas de izquierda o los ecologistas tienen una visión color de rosa y únicamente informan positivamente sobre la migración. Pero eso no es cierto en absoluto, "porque la información es discriminatoria en general", afirma.

Como prueba se sirve de análisis semanales de los medios de comunicación entre enero y abril de 2025. Durante este período, examinó 168 reportajes televisivos sobre delitos violentos en Alemania, en los que se identificaron 146 sospechosos, y 330 artículos periodísticos, en los que se identificaron 263 sospechosos. Hestermann no pudo identificar diferencias significativas entre los medios, a pesar de las muy distintas orientaciones editoriales. Un medio de comunicación conservador informa en este tema de manera muy similar a un medio de izquierda.

Esto se aplica a las cadenas de televisión públicas y privadas, así como a los textos impresos y digitales: "Descubrimos que dos periódicos completamente diferentes, como Die Welt (diario de tendencia marcadamente conservadora) y Taz (periódico cooperativo que se define a sí mismo como 'proyecto de diario de izquierda'), sólo identificaron sospechosos extranjeros durante el período de estudio cuando el origen era un factor relevante", concluye Hestermann. El investigador de medios admite estar asombrado por esto.

La criminóloga y socióloga Gina Wollinger describe la distorsión de los medios de comunicación como la "migrantización" de la criminalidad. Esto se asocia con un énfasis excesivo en la cultura de procedencia. "Una categoría que, en mi opinión, sólo se utiliza cuando los perpetradores no son alemanes. Entonces surge la pregunta: ¿tiene algo que ver con la cultura?", critica la catedrática de la Universidad de Ciencias Aplicadas para la Policía y la Administración Pública, en el estado de Renania del Norte-Westfalia.


"No es el pasaporte ni la nacionalidad"

Wollinger subraya que en esencia la delincuencia no tiene nada que ver con la procedencia: "No se trata del historial migratorio, ni del pasaporte ni de la nacionalidad, sino que más bien existen ciertos factores de riesgo que se derivan principalmente de la pobreza, la falta de perspectivas y la propia experiencia personal de violencia". Y si se tienen en cuenta estos factores, no se observan diferencias entre personas con y sin antecedentes migratorios.

¿Y cómo se podría cambiar este desequilibrio en la cobertura informativa? Hestermann sabe, por su experiencia como periodista, que la cobertura sobre migración a menudo puede verse obstaculizada por las barreras lingüísticas. "Por eso es importante que los equipos editoriales se diversifiquen, que los jóvenes que han crecido en culturas diferentes enriquezcan también las redacciones", explica.

(lgc/rr)

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